jueves, 16 de diciembre de 2010

El enésimo "Beatle"

La figura larguirucha que paseaba por el Londres más neblinoso no llamaba la atención de los transeúntes que sentían más vivo el tic-tac de sus relojes que el loop-doop de sus corazones. El hombre en cuestión vestía muy retro, con pantalones pitillo y jersey de cuello vuelto, abrigo largo y negro y zapatillas cómodas. Su pelo era imagen de una época que nosotros, los jóvenes, teníamos en la mente como una de las más maravillosas que había vivido el hombre desde que conocía (o eso parecía) la Luna. La especie había sido en muchas ocasiones gilipollas, soberanamente idiota, pero había vivido momentos de máximo esplendor que muchos ilusos pensarían que durarían para siempre. No fue así. Bien, pues el hombre con el pelo que representaba una época paseaba a un ritmo rápido, sin llegar a correr, con aparente dejadez, y un interno malestar latente que a veces soñaba con salir y gritar a los burdos seres vivientes casi marionetas que lo rodeaban que la vida era un soplo de aire, y no un conjunto de bloques, lingotes, o circunferencias de aleaciones de níquel. Sobre sus hombros parecía ir el peso de unas cuantas canciones protesta perdidas en los vinilos de coleccionista. De sus orejas colgaba esperanza a voz en grito, acallada por el murmullo uniforme del gentío apesadumbrado. Salían de ellas dos finos hilos negros que iban a parar a uno de sus bolsillos. Desde nuestra posición no acertábamos a adivinar a cuál. Parecía que H, Mark y yo éramos los únicos que nos dábamos cuenta del aura de grandeza que desprendía el colega. Era bestial. Nunca pensamos, ni por un momento, que nuestra fiebre de valentía adolescente e idiota nos engañaba, eso jamás. Lo cierto, era que gracias a esa valentía idiota, a esa fiebre juvenil, podíamos dar cuenta de cómo era en realidad aquél tipejo. Fumaba. Lo recuerdo. Fumaba caladas rápidas y el humo se consumía o se unía al de la capital británica. Nosotros estábamos discutiendo el repertorio del grupo que nos hacía la vida más llevadera, o al menos más feliz (cuándo de pesimismo estaba el mundo lleno y costaba tanto hacernos feliz) una tarde cualquiera, y quedamos prendados de aquélla persona. Después de que giró en la quinta manzana, no volvimos a saber de él… Hasta un año después.

-Los carteles están por toda mi Facultad. Será un debut sonado.
-Esperemos que sea así.
-¡Qué poco optimista, H! Vamos hombre, hoy es un día alegre.
-Alegre para nosotros. Muchas personas estarán muriendo, o a punto. O muchos estarán fumando su último cigarrillo antes de que les descubran un cáncer de pulmón. El mundo es grande, amigo. No se limita a Londres, al Reino Unido, ni siquiera a EE.UU. o Asia. Hay más gente en el mundo que los que estamos hoy contentos. Recuérdalo.

Por descontado, a H no le faltaba razón. Él, como yo, se movía en el mundo ambicioso, hijo de la codicia y el bienestar personal y no plural. Él, como yo, y como todos, vivía imbuido en ritos impregnados casi desde antes de nacer, fiestas comerciales y celebraciones con fines que tenían de éticos lo que de bueno tenía algún que otro monseñor. Sin embargo, ese día no di mi brazo a torcer.

-¿Has visto? ¡Ha sido todo un éxito! Cuando tocamos Here comes the sun los teníamos a todos en el bote.
-Desde luego, y el broche final entre Lucy y I want to hold your hand fue único. Aplaudían como si no hubiese mañana.
-¿Y qué me decís del momento romántico-sentimental de All you need is love y Yesterday?
-Brutal, desde luego. Tendremos después de esto aspirantes a “groupies” a patadas.
-¿Qué te pasa, H? Sigues raro.
H miraba el periódico que estaba sobre la mesa del garito cutre en el que dábamos el concierto, leyendo con gesto taciturno la portada.

-¿Te acuerdas del hombre del abrigo negro que escuchaba música en Southampton Street cuándo empezábamos con todo esto del grupo?
No me costó hacer un esfuerzo demasiado grande para ver otra vez al hombre perdiéndose en la quinta manzana que lo separaba de nosotros, con ese abrigo negro, el aspecto entre chulesco y cansado, y el humo que salía a bocanadas rápidas y precisas de su boca.

-Sí. Lo recuerdo. ¿Por qué?
Como respuesta H me acercó el periódico y vi el titular gigante, y de repente me sentí pequeño, y por alguna extraña razón, sólo en una lucha interminable.
Rezaba así: “El enésimo Beatle”. El cuerpo de la noticia no era muy extenso, para ser portada. “Muere ahorcado el joven J. F. Blake, destacado fan de Los Beatles, en extrañas circunstancias, y sin motivo aparente” El sobrio subtitular animaba mi interés y seguí leyendo.
“Fue descubierto ayer por la mañana, cuándo su casera entró a cobrar el alquiler del mes. La mujer llamó a la policía en cuanto vio el cuerpo sin vida. Todo parece indicar que el suicidio fue premeditado, aunque su ambiente más cercano, vecinos de piso y demás coinciden en que la vida del chico no era mala, y que muchos cambiarían la suya por unos días de la del hombre en cuestión. Muchos recordarán a este joven como un famoso fan de aquella banda que a muchos de nosotros hizo vibrar hace ya unas décadas, Los Beatles. Se ganó esta pequeña fama hace ya unos 15 años, siendo un adolescente, en el programa de T. Watson “Beatles again”, un famoso concurso temático en el que preguntaban por estos míticos cantantes, en el que el chico participó durante dos meses hasta que consiguió llevarse en la prueba final el deseado bote, demostrando que no tenía rival en el campo que mejor dominaba. Parece que esto se transforma ahora en una macabra señal, pues al lado del cuerpo había una pequeña mesa con un papel que ponía “Lucy, espérame” y un reproductor mp3 con la canción Lucy in the sky with diamonds en pausa. Se abrirá un (…)”

El cuerpo de la noticia continuaba algo más pero yo ya había leído cuanto tenía que leer. Estaba claro, todo coincidía. Ahora me explicaba porque Mark, H y yo lo vimos como alguien especial. Era alguien especial. Pero nosotros, que apenas habíamos cumplido los 20, no recordábamos nada de lo que había hecho este hombre. Ahora, yo sabía la causa de su muerte. Su inconformismo. Sus ganas de cambiar el mundo. Sus impulsos contenidos. Todo eso había terminado por matarlo. Yo entendía mejor que nadie por qué era el enésimo Beatle. Todos nosotros éramos en parte enésimos Beatles. Todos teníamos las ganas que habían tenido ellos de cambiar el mundo. Todos imaginábamos un mañana mejor. Todos pensábamos que si el mundo se unía por motivos distintos al dinero y la avaricia, nuestros hijos crecerían en un lugar mejor. Ahora, yo me sentía como un corredor. Había tomado el relevo. Pero en mi caso sería diferente. Yo tenía el grupo, Help, y mi voz no terminaría por ahogarme. Sacaríamos todo lo que llevásemos dentro. Seguro. Estábamos dispuestos a sentirnos más Beatles que nunca. A fin de cuentas, pese a sentirme momentáneamente como si me faltase un amigo que conocía toda la vida, tenía que reponerme para impedir que el enésimo Beatle muriese para siempre. No. Ni los Beatles habían desaparecido, ni su música se había quedado anticuada. Vibraba en los cuerpos de muchos adolescentes, de muchos maduros que pensaban que aún podría llegar el cambio. Ahora nadie lo dejaría estar. Nosotros, que teníamos la suerte de cantar, de tocar y sentir cada nota, ocupábamos ahora el lugar. Ahora éramos “El enésimo Beatle”. Pero con nosotros no podría el mundo.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Deixo lonxe (Rima XIV)

Deixo lonxe canto quería.
A miña man xa non está quente,
a miña man agora está fría.

Deixo lonxe a miña rúa,
o barrio onde nacín
parte do que eu son!
Deixo lonxe canto quería,
miña terriña,
meu sol.

Deixo lonxe,
nalgunha fonte,
parte dos meus agarimos.
Deixo lonxe o que foi,
mañá, onte, antonte.
Deixo lonxe,
en ningures, a miña sorte,
aquilo que me fixera forte.

Deixo lonxe canto quería.
Deixo lonxe canto amaba.
Xa non sei o que sentía!
Xa non recordo nada do que recordaba!

Durme (Rima XIII)

Meu meniño,
meu sol;
Terma caladiño,
caladiño meu amor.

Durme coitadiño,
caladiño, meu amor;
Meniño que quero tanto
Pequecho do meu corazón.

Durme pequeniño,
o Sol aínda non alumou.
Reina a raíña Lúa,
aínda a cheminea non afumou.

Meu meniño,
meu corazón;
Terma caladiño,
caladiño meu sol.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Actualmente

Actualmente, nada tiene sentido. Actualmente estoy atrapado en un vórtice espacio-temporal estraño, raro, no digo diferente, digo raro. Actualmente el azul y el negro son el mismo color, y las sonrisas se dibujan a partir del número 23. Es curioso ver como cambia la vida, como nos alejamos de A y nos acercamos a B en un par de décimas de segundo. Como una acción, una decisión o una deleción mal escrita (delección), puede ser la goma nata milán que borre el pasado para acercarnos al futuro.
Actualmente.

domingo, 14 de noviembre de 2010

GZ non é o que era


Entre teclas, abusos e música profana sen présas, atópome eu, vítima inxusta da sociedade, traizón dorosa con cravos de ferro e cura con vinagre, incrible paspán noxento alpabardas en composición composta. Segundas pernas, nunca foran boas. E pratos de segunda, foron rexeitados por señoritos coma min. Com'aqueles que dixeran nunca volver. As luces do día duran menos que un interlatexo desesperanzado, e dende a miña fiestra, xa non se ven luscofuscos, nen fillos con problemas, nen hortas maltratadas polo temporal, nen fillos de puta ou de mala nai mangando en caixeiros, nen Compostelas adornadas con fillos de puta vestidos de blanco, nen ventos que quitan o sono cando se xuntan coa choiva fría e desaprensiva. Non se ven venres cheos de ledicia e domingos mortos de sono e de gañas de facer nada. Rematarónse as gotas que calan, as nais pesadas e cansinas, e os pais mudos, que non din nada. Acabouse ver menos sol que nube, acabáronse as présas imaxinarias, os acomodados cómodos cus sentados con menos problemas dos que poderían ter. Acabáronse os sábados acédos, as madrugas dogmáticas e a posibilidade do día antes. Acabouse ver cabróns puteando ós máis febles. Rematou iso de andar en "bici" até o centro da cidade, os luns, martes, mércores e xoves italianos, e os venres noxentos e vulgares, que anunciaban o domingo acédo nunhas 60 horas, ou así. Xa non hai na mesa bóla da dos domingos, con azucre e manteiga, nen voceiros galegos chamando por unha morte segura: ¡Lela!. Non quedan xa noites de praia, nin frios porcojones. Olvídanse de cruzar o día a día notas contradictorias e desexos de fuxir. Xa nada quere separarse dos montes e ribeiras rosalianas. Xa ninguén quere fuxir de Breogán. E o fin do mundo non é xa Fisterra. Xa non quedan paxaros que sorrían un xoves acabado, xa non hai nenos estudando para seren algo que parece lonxano, xa non se ven bares os venres e os sábados. Xa as miñas nenas non me choran no oído, xa os devanceiros anciáns non son ós que lles sobran os motivos. Xa non son quen fora, xa non decidimos día a día. Xa non se ven cabras asustadas, nin Sofías que ate cociñan ben nun mal día. Non hai adoquíns de memoria, nin farolas apagadas. Non hai rúas marcadas nos pés, nin camiños nos que os pés saltan sós pucharcas indomables que só se retiran tres meses. Non se ven ríos fríos que soen igual, nin pedras verdes no canto de embarradas losas aburridas, sosas.
As barbas crúzanse co meu corazón, e as notas da miña voz soan máis galegas ca nunca, nos tornados espazotemporais da miña inconsciencia.

viernes, 1 de octubre de 2010

La primera versión

Y de repente me encontré solo, descubriendo rincones geográficos que nunca pense contener en mi adentro. Paseando por caminos que nunca entonces había conocido, deteniéndome a pensar si el norte me llevaría de vuelta a casa, si las gentes que paseaban se darían cuenta (curiosidad idiota de la que no ya sabe la respuesta) de que una persona nueva estaba allí; mirando las nubes con curiosidad, olvidando las viejas reglas que ahora ya no servían, envolviéndome en una capa de papel de aluminio que mantenía, al menos eso sí, mi temperatura, mi carácter, mis ganas de vivir la vida y ser parte del proyecto.
Entre murallas de historia e historias que contar, entre blancos sueños de principiantes y experiencias requemadas de los más eruditos; entre los días que pasaban y las noches que quedaban por llegar; entre la sombra de los árboles del huerto y la luz del sol más frío.
Allí estaba yo.
Fue el primer momento, el recueentro con algo que ansiaba desde el mismo momento de nacer. Fue la primera versión, ésa de la canción. La primera idea de todo lo que se proyectaba tan rápidamente que ni las fugaces le hacían competencia. El inicio de algo que se extendía ante mí neblinoso, oscuro y sin final, pero sin negatividad, eso sí.
Nada era malo, por ahora. Y aunque la incertidumbre estaba ahí para acojonar, las cosas saldrían bien.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Diario de un estudiante salmantino

19/09
06:49 AM

Los días se pasan con desagradable lentitud, y los sueños brillantes y coloridos que prometía la voz de la inocencia (inconsciencia) no son más que mierda y cansancio acumulado tras días de resaca.
La inexactitud a la que el "día a día" me somete es una gran carga que con sólo pensar que existe me hace sentir idiota, usado, y enfadado con el mundo.
Otra vez asumo mi error de estúpida mezcla entre esperanza y ganas de falsear a la devandita experiencia, y doy la razón a las barbas blancas y a las cabezas calvas pensantes.
Nada más que el inicio verdadero del porqué me encuentro entre estas cuatro paredes me hace pensar que algo haya valido la pena.
Las lágrimas se acumulan y las ganas de salir corriendo aumentan cuando las voces dulcificadas (y experimentadas) te dicen: No estás solo, estamos aquí".
Y gritar no sirve de nada cuándo el mundo no te escucha y tu arrogancia es tan grande que te impide ser franco contigo mismo. (y con los demás)

07.00 AM

lunes, 6 de septiembre de 2010

Cuando estás tú.

Busco en cualquiera de los cajones algún recuerdo que me ayude a sobrevivir, a sobrellevar los momentos en los que (me) faltas. Suelo encontrar algo que me sirve de poco, que realmente es un velo que cubre de forma insatisfactoria mis anhelos.
Cuando apareces, sombra gris, me alegras el día. Consigues que el velo se deshaga y la sonrisa dibuje mi rostro con ganas.
Y tú, no sabes nada.

lunes, 30 de agosto de 2010

Necesidad

El mundo merece escuchar a veces ciertas cosas. Cosas que pueden chocar o pueden verse como flechas envenenadas, disparadas con maldad, que puede que sí, pero no es el caso.
Una persona es compleja, muy compleja. Imperfecta, eso es evidente. Y necesaria, o al menos así debería ser. Para algo o alguien. Las personas que sienten de verdad que son necesarios para algo o alguien, se vuelcan, y se entregan a ese algo o a ese alguien sin pensarlo, también sin esperar nada a cambio, porque la verdad es que no lo esperas, hay una confianza que está ahí para hacer pensar que eso vendrá solo.
El problema llega cuando una persona lo da todo por ese algo o alguien y ese algo o alguien lo ignora de la forma más asquerosa, que es haciéndole pensar que no es necesario.
Entonces la primera persona lo soporta, seguramente por mucho tiempo, pero en algún otro momento descubre algo. Hay más "algo" o "alguien" por los que vivir, que de verdad te necesitan y te agradecen que tu los necesites.
El conflicto en la mente del individuo es brutal, pero todo se hace mucho más sencillo si estás curtido en batallas emocionales.
Cuando el egoísmo entra en escena, y el algo o alguien "olvidado" se da cuenta de que realmente necesita a la persona, aparece el reproche, pero siempre maquillado, y siempre recayendo sobre la primera persona.
Entonces la primera persona piensa si no es momento de necesitarse. De que llegó el momento en el que la necesidad sea necesaria en ambos "algo". De que una frase, de algún alguien, claro, te haga sentir más necesitado de lo que nunca te sentiste. De que te valoren por lo que eres y no te juzguen por lo que te falta. De sentir algo distinto al lado. De quererse, querer y sentirse querido.

domingo, 29 de agosto de 2010

Quiza sí. O quizá no. (Reinvenciones)

Comienzas a pensar en qué momento cambiaron las cosas y cruzaron una linea divisoria imaginaria que difícilmente puede volver a cruzarse en sentido contrario. Puedes llegar a distintas conclusiones, de hecho siempre llegas a más de una conclusión, pero la que más te importa puede ser la menos importante, o quizá la más importante tiempo atrás, pero no ahora.
Y esque realmente te da igual. Claro, es distinto, es un igual frío, y tú mismo te asustas de lo fácil que es de soportar. Es más, ni siquiera te hace daño.
En el momento en el que empiezas a tejer esos pensamientos rápidos, fugacísimos, se te juntan un montón de cosas, de las que comienzas a hacer un análisis profundo, siempre poniéndote en lo mejor, o en lo peor. Dedicando especial atención a los puntos más... ¿cómo decirlo? Los puntos en los que las cuerdas de los pensamientos hacen nudos de tres o cuatro vueltas. Esos puntos.
Siempre colgarán interrogantes, dudas, pero podrás vivir con ellas. Siempre pensarías si hubiese sido distinto, pero realmente sabes que tu no querías que fuese distinto. Terminas preguntándote si valió la pena. Quizá sí. O quizá no. Pero de todo en esta vida se aprende.

sábado, 21 de agosto de 2010

Noche (Rima XII)

Deja que el frío,
salvaje,
valiente,
atrevido,
se haga en tus venas,
río.
Escalofrío.

Deja
que la Dama Negra,
envuelta en su manto
frío,
te acune,
te lleve lejos,
para bajar,
y trepar,
por sus caderas,
de virgen pura,
deseo incontenible,
sonrisa de estrellas,
locura infinita.

Deja,
que el suave lino,
de sus ropas
marque su cuerpo,
sensual,
místico,
etéreo,
inmortal.

Deja
que suba
la excitación.
Que no necesitemos
pensar
en un Dios.
Deja
que su belleza,
su negritud,
su templanza,
y su experiencia,
recorran tus manos.

Acaricia
sus senos,
bebe
de sus labios.
Siente
el placer
de su mirada
turbia,
pero plateada.

Siente,
que explota
contigo.
Que los pulsos
se aceleran,
que tu piel,
se quema,
y se hiela.
Que el placer,
es incontenible.


Grita,
llámala.


Volverá,
como siempre.
Volverá,
y te dejará
sin nada.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Me conformo con...

Puede que el no saber que me ocurre sea una de las más perfectas máscaras para esconder un "no quiero que me ocurra lo que me está ocurriendo". Un día, otro, una semana, música, las fotografías, el tiempo, las fiestas, y el mundo. Puede que no quiera entender qué coño pasa por mi cabeza, qué siento, qué pienso, o qué es lo mejor. Pero esque lo "mejor" no es todo lo mejor que podría haber sido. Pierde parte del significado cuando de mí se trata. Soy tan distinto.
Nada, puede que no sea nada; o puede que sea un todo que también guste de llevar fancy dress.
Puede que el darle más vueltas no sirva de nada, que todo siga igual, que nada cambie.
Puede que esté lo más seguro posible, y que lo más seguro posible sea igual a 0.
En este mundo de locos atados, de locos de atar, y de locos por atar, sólo unos cuántos teorizan acerca del tema más difícil del universo.
No es la creación del espacio (no al menos, para mí), el punto primigenio, o la antimateria.
Son los sentimientos: corrientes de agua cristalina, llenos de energía, que nos envuelven y nos enseñan.
Yo, ignorante siempre, nunca estaré a la altura de algunos de esos teóricos.
Me conformo con saber, muchas veces, qué es lo que yo siento.
O lo que creo que siento.


Y siento que te echo de menos.
Pero, ¿cómo?

lunes, 16 de agosto de 2010

A tientas

Busco cuerpo, a tientas. A tientas, toco. A tientas disfruto del más íntimo de los placeres. Todo el cuerpo por y para ello. Disfrute total. Total entrega. Besos, caricias. Lenguas, sexualidad. Deseo.
A tientas, te toco. A tientas, te busco. Rozando mis sentimientos con tus labios. Sintiendo tu cuerpo, tus caderas. A tientas. En la oscuridad, brillan las pasiones. Fuego. Calor. Tu mano y mi mano, a tientas. A tientas, el aire sabe a vicio. A tientas, la luz se apaga. A tientas, nos probamos, nos bebemos, y disfrutamos. A tientas nos reencarnamos y hacemos carne la carne, y pecado el pecado del placer, de ser dos en uno. A tientas, clavamos nuestros ojos. Y la desesperación, la muerte, la lujuria, el sexo, el deseo y las yemas de nuestros dedos se juntan. A tientas.

jueves, 12 de agosto de 2010

El lenguaje de las rocas

Debía haber cogido algo de abrigo. La mañana era fría, y la niebla se mezclaba con la sal. El olor impregnaba su nariz y hacía estallar todo su cuerpo con pequeñas vibraciones.
Las rocas negras destacaban, increíblemente, contra el cielo, de un azul neblinoso con cortes dorados que anunciaban el nuevo día.
El paseo de madera daba cuenta del tiempo y de lo que había hecho allí.
Cada una de sus muescas e imperfecciones que no venían de fábrica. Todo extras incluídos.
Las rocas, también hablaban. Pero más despacio.
Y entonces, se le antojó imposible el llegar a comprender una sola de las palabras que las rocas tanto se esforzaban por decir, y tanto trabajo les costaba.
La playa no daba muestras de nada. Estaba todo callado. Las olas sonaban débilmente, en susurros melancólicos.
La espuma formaba parte del paisaje. No había gaviotas.
Bajó hasta la arena. Apoyó sus pies y pronto un montón de granitos cedieron bajo su peso.
Se acercó hasta las rocas. Y pasó con cuidado sus dedos fuertes por entre las muescas.

El momento en el que el mundo se había paralizado, aquel beso lejano, aquel adiós incierto, no había sido más que un pequeño agujero de aquellas inmensas paredes de piedra.

domingo, 8 de agosto de 2010

God knows.

Era tarde para escribir. Demasiado tarde como para demostrarse a sí mismo cuánto o cuán poco se equivocaba en todo lo que decía, pensaba o creía pensar.
Dios lo sabía.
Quizás fue eso lo que impulsó al chico a coger pluma y papel y rasgar con el más profundo desgarrado de los dolores las líneas que serían testigo de la fuerza tremenda que guardaba y tenía que soportar cada día.
Quería ser libre, y huir de todo aquéllo. Parecía fácil, pero todo era un punto complicado del que difícilmente se podía destejer alguna tenebrosa hebra por la que seguir para llegar al fondo del embrollo. Una mierda todo.
Dios lo sabía.
Estaba completamente loco. Enamoradamente loco.
Jodidamente loco.
Asquerosamente acabado.
Y Dios no tenía ni puta idea de lo que sentía.
Pero era un consuelo saber que alguien sabía.

sábado, 7 de agosto de 2010

El mundo y su destrucción (Rima XI)

Con cada bocado,
arden las palabras.
Resuenan fuerte,
los relámpagos.
Oscuridad y luz.
Siempre de la mano.
El mundo y su destrucción.

Con cada latido,
aletean los motivos.
Resuenan fuerte,
los ecos del sonido.
O al menos,
suenan, en el pozo del corazón.
El mundo y su destrucción.

Con cada sonrisa,
aire llega y me acaricia.
Recuerdo el sol de verano,
los pájaros, el páramo.
Olvido al olvido,
sobrevivo porque en ti vivo.
Tu y yo.
El mundo y su destrucción.

martes, 3 de agosto de 2010

Morriña (Rima X)

Aquel sentimento fondo,
que gardamos baixo as unllas,
baixo as meixelas.
Que doe,
como o mazo do poderoso,
coma a espada do nobre,
como o golpe do destro.

Aquel sentimento gris,
como os días de choiva
na terra.
Choiva,
que tinxe de gris,
os pastos,
os bosques,
os ríos.
Todo.
Branco e negro.
Tenrura pálida.
Brillo máxico.

Aquel sentimento,
que vén dos tempos
inmemoriais.
Aquel sentimento,
que sempre vive,
que se acomoda,
que se fai felme.
Que nos inunda,
que afonda en nós.
Que fai que lembremos.

Ese sentimento.
Ese,
tachado
de inexplicable.


Aquel,
que fóra
universal.
Nos confíns
americanos.
Aquel,
que cheou barcas,
remos,
e viaxes.
Vidas.

Aquel sentimento,
fero,
oscuro,
e claro.

Aquel sentimento
que nos fai únicos.
A uns cantos.

A quen ten que facer únicos.
Morriña.


Morriña,
que contigo,
por ti,
e de ti,
morro.

Morriña,
dozura,
beizos apaixoados,
bicos roubados.

Morriña,
tenrura,
sinxeleza.
Prantos salgados.

Morriña.
Ai, terriña.
A miña terriña!
Que será de min,
cando leve comigo
tanta morriña?

jueves, 29 de julio de 2010

"Te quiero" (Rima IX)

Te veo,
y me ves.
Callo.
Escucho.
Te escucho.

Tu voz,
me alimenta.
Tus miradas,
me atormentan.
Tú,
eres tú.
Siempre tú.

Inexorable,
no caes.
Te mantienes.
No.
Negación.
Nunca.

Y el desconcierto,
cobra forma,
en mí.

Yo,
me vuelvo loco
e intento comprender.
¿Qué ocurre?
¿Qué pasa?
No.
Otra negación.
Eso no.

Y la verdad
quiere escapar,
y ser libre.

La verdad.
Compuesta,
de siete letras.
En tres.
Y en otro,
de cinco.

Los números,
son lo de menos.

El más,
es único.

La verdad.
La verdad
es
"Te quiero"
"Quérote"
"Love you"
"Ti amo"

miércoles, 28 de julio de 2010

Bendito mundo blogger

Me levanto, y decido hacer algo.
Un día nuevo, unas cuantas horas por delante, para dedicarme a algo, hacer que se note que existo (a parte de las veces que me recuerdan las cosas mis padres, esas cosas que todos los adolescentes hacemos mal, no sé porqué), construír (me) algo que siga ahí.
Pero cuándo me pongo, me quedo sólo.
Nada tiene gracia, nada vale la pena.
Las cosas quedan a la mitad, o a la infinitesimal parte...
TODO MIERDA.
Será que el verano nos cansa más de lo que nos descansa?
___

A parte de esto, hoy ya he llegado a un punto en el que mis ojos ya lloran cuando veo ciertas cosas. Pero no por alegría, pena, lástima.
POR DOLOR FÍSICO.
Estoy hasta los huevos de ver los míticos estados MIERDA en el maldito tuenti, de niñatas que no llegan a los 16 y se creen las divas del barrio más choni del mundo, con mierdas que parecen sacados de series más ñoñas que Los hombres de Paco, de esos proyectos de chonis elevados hasta la máxima potencia (que les permite su altura, claro) que no hacen más que ver fotos en tuenti, cotilleando, y creyendo que esa es una de las máximas en la vida.
Parece que se levantan con idea de poner alguna puta cursilada, y no en privados, sino en estados, ahí, a la vista de todo el mundo.
Esque no sé... Las chonis se ven a leguas... No sé... Hasta ahora, con el chonizador éste, cualquiera puede escribir en su idioma!
Es increíble!
Y no sé, no suena igual un estado del tipo You and me (aunque a mi me parece algo cursi, pero en dosis medidas, la cursilería tampoco es mala) que Quisiera que fueras mi estrella, o GILIPOLLECES por el estilo que hacen que me pregunte qué coño tienen esas niñas en la cabeza, y si dentro de 5 años esas mismas niñas estarán convirtiéndose en arquitectas, médicas, periodistas, actrices, biólogas, químicas...
Es la ostia.
Una vez más, bendito el mundo de la gente loca, pero seria. Este mundo blogger que tanto significa para algunos. Una vía de escape ante lo peor de cada sitio que aparece de forma masificada, a veces.
Y nada...
Esque hacía mucho tiempo que no me ponía con las críticas.

Espero no volver a ver en mucho tiempo cosas como t kiero x100pre, o cosas así...
Son de mal gusto.
De muy mal gusto.

domingo, 25 de julio de 2010

Reflexiones lírico-poéticas.

Podrían escaparse de mis manos los trazos que mejor describieran lo que siento.
Podría escaparse de mi pensamiento todo eso que me hace sentir vivo.
Podrían mis pies marcar un ritmo acompasado, lento y seguro, sobre el que construír un futuro.
Podría ser otro, y no yo, el que se dedicase a escribir esto.
Podría ser otro el material.
Podría ser otro el lugar, otros los motivos.
Podría ser que fuese algo maravilloso.
Podría no sentir que me falta algo.
Podría querer decir cosas que no debo decir.
Podría querer alejarme de todo esto.
Podría querer mirar al cielo. Y sonreír.


Por eso a veces recuerdo una canción que decía algo así...

Smile though your heart is aching,
Smile even though is breaking,
When there are clouds in the sky, you'll get by
If you smile through your fear and sorrow
Smile and maybe tomorrow
you'll see the sun come shining through for you...
If you JUST smile.









Rima VIII

Y no sonrío,
no sonrío.
No sonrío,
porque no puedo.
Porque lloro,
si no por ti,
por mi anhelo.


No sonrío,
aunque
me lo pida el viento.
No sonrío,
porque del cómo
ni me acuerdo.

No sonrío,
porque sonreír,
me hace daño.
Es, para mí,
un engaño.
No sonrío.


No sonrío.
Sólo,
tan sólo,
siento frío.

viernes, 23 de julio de 2010

TEOTH

-¿Qué?- respondió bruscamente, aunque para ella el tono era lo de menos.

-Pues, no sé cómo empezar esto... Se me juntan las ideas, y los finales felices, pero ni una cosa ni otra tienen sentido, porque no... No sé... Es que...

-¿Me vas a tener esperando todo el día?

Aquellas frases, aquel tono frío, le partían el corazón. Le costaba incluso respirar, y cada bocanada de aire era un fuego helado y penetrante que la dejaba débil, compadeciente.

-No, no es eso... No cuelgues, es que... No sé cómo, ni por qué, pero te echo de menos, y no puedo estar así contigo, enfadados... Esque, yo...

-Mira, si esta es la típica charlita rollo reconciliación, paso, ¿entiedes? Estoy harto de tu mal humor, de tus tonterías. Estoy harto de ti.

Pi, pi, pi.



Se miró al espejo:



IDIOTA! IDIOTA! SOY GILIPOLLAS! UNA AUTÉNTICA IMBÉCIL!









Las lágrimas caían por su cara, sin vida, como el cuello de un cisne antes de morir. Lo más bonito del mundo, y también lo más triste.
Se golpeó la mano contra la cómoda, pero sólo consiguio cambiar algo de desesperación por un inicio de hematoma.
Se acurruco, y se fue escurriendo, poco a poco, hasta quedar tirada en el suelo, piernas recogidas, cabeza gacha. Un mar de lágrimas.



Una vez más aquello la había superado. Justo cuando le venía a la mente todo lo que no soportaba de él, de aquel amigo, con el que tantos buenos momentos había pasado, explotaba.
Pero esta vez todo había sido peor. Javi no llamaría para hacer las paces. Javi no la perdonaría.
Había perdido a Javi.
En el mismo momento en el que se dio cuenta de cuánto le quería, de que lo amaba tanto como para agarrar su mano y dejar todo atrás. Para ir con él a donde fuese, cuándo fuese.
Estaba tan enamorada que cada latido le parecía un tic-tac macabro que le llevaba a una de las más absolutas muertes.

Había sido repentino.
Había sido rápido, casi sin darse cuenta.
Un flechazo.
Un eclipse.
Y ella, lo necesitaba más que nunca esa noche.

_________________



Ding-dong.



Levantó la cabeza. ¿Quién sería a esas horas?

miércoles, 21 de julio de 2010

Rima VII

El cielo era azul,
el sol, amarillo.
Las gaviotas,
incomprensibles,
ágiles,
virtuosas del aire,
volaban,
lejos de mi.
Y yo era feliz.

El cielo,
ahora negro,
el sol,
un agujero.
El aire sopla,
huracanado,
rompiendo las alas,
virtuosas,
impidiendo,
que el músico,
haga su trabajo.
Y yo,
yo ya no soy feliz.


Espero,
por esperar,
que el cielo,
vuelva ser cielo,
que el sol,
vuelva a ser sol,
que lo virtuoso,
se quede en reposo,
en mí.



Y así,
volveré a ser feliz.

martes, 20 de julio de 2010

Tú, te, a ti. (Rima VI)

Vuelvo,
y caigo.
En ti.

Sueño
y bebo
de ti.

Caigo,
en mi sueño.
Por seguirte,
muero.

Vivo,
en los recuerdos,
pero,
si no te siento,
los recuerdos,
serán recuerdos,
y yo no vivo,
de recuerdos
que sólo son recuerdos.
Vivo,
porque no muero.

Pero muero,
si no te tengo.

Sigo,
sin saber,
si la muerte,
o la vida,
son caminos,
túneles,
galerías.

Sé,
seguro,
que si no estás,
el número es 1.

Sé,
que si te tengo,
el número es 2.
Seguro.

Vida y Muerte,
si estás,
son uno.
Los placeres,
y las desgracias.
Se juntan.
Y sólo tu,
importas.


Vivo,
pienso,
en ti.

Muero,
si me olvido,
de ti.

Faithfully

Y ellos me decían que la carretera no era un buen lugar para empezar un proyecto de familia.
¿Y quién quería una familia?
Nadie pensaba en lo que Adrián quería. Nadie. Nadie se había parado a decir, ¿y si el es diferente y no hace lo que hacen todos?
El sabía que nunca lo pensaban. Nunca lo pensarían, y se dijo a sí mismo varias veces que el dejaría de hacerlo, pero fracasaba siempre.
El quería aquellos labios, diciendole: Oh, boy, stand by me... I´m forever yours... Faithfully.

Una fidelidad que traspasaba letras, periódicos y páginas amarillas.
Y que le hacía contestar "I´m still yours..."

Una mezcla entre piel de gallina, un beso frío, unas lágrimas calientes, y un adiós en una carretera perdida.

Y allí estaban. Esperándose el uno al otro.
Su melena al viento, sus sueños rotos.
Sus ojos cálidos, y sus manos fuertes.
Esperándose. Fielmente.

domingo, 18 de julio de 2010

Loop-doop.

Confusión.
Del caos que genera la confusión sólo surge más confusíón. Y si el nombre del caos es el malditamente equivocado, la confusión puede llegar a más.
Te alegras, pero tienes ganas de llorar. No sabes por qué. Piensas que necesitas, y sin embargo sabes que no es así, que no es cierto. Que todo es parte de la confusión. Nada tiene sentido, y por eso no puedes pensar en nada, ni siguiendo algún tipo de criterio, todos son igual de confusos que tu, tus circunstancias y el mundo que te rodea.
Piensas que, quizá eso era lo que querías. Aunque no sea el momento perfecto, aunque no tengas tiempo para ponerte con eso y ciertamente el tiempo apremie más que nunca.
Sientes que el estado caótico en el que te encuentras tiene muchas salidas, muchos remedios.
Explotar posiblemente fuera el mejor, pero las consecuencias podrían ser devastadoras.
Asique toca pensar algo que no sea tan... dramático.
Cambios.
A lo mejor, con suerte, algunos serán para mejor.
Reciprocidad entre lo que sientes, lo que creas, lo que haces, como actúas y tu mente. Tu caos sólo son sentimientos y los sentimientos actúan por si solos.
Las contradicciones no te llegán de ti para ti, llegan del mundo.
Olvidar todo, decir que ya está. No serviría de nada. Eso sí que es cierto.
Saber que nunca volverás a pasar por lo mismo es toda una garantía de que al menos algo irá bien... pero, exactamente ¿qué?

El caos es horrible. Y perfecto. Perfectamente perfecto en el orden desordenado del mundo que ordena la cabeza que intenta ordenar tus sentimientos y emociones.

24 horas al día. A 1020 loop-doop por hora.

jueves, 15 de julio de 2010

Sirenas con las piernas de neón

Se paró, delante del mar, como cada tarde, para recordar cómo había salido vivo de todo aquello, con un recuerdo bello y terrorífico de lo que había sucedido.
Esperaba encontrar detras de la misma roca que cerraba la playa una de aquellas mujeres, bellas como la luna llena, con voces tan puras y delicadas como el hielo que se deshace, con sus pelos mojados, sensuales, acariciándoles la espalda, con sus senos turgentes, redondos, inmaculados, perfectos, pecado de la mirada y el deseo, sus curvas perfectas, y sus largas colas, ocultas bajo la sábana negra líquida, duras, regias, escamosas.
Todavía no sabía qué había pasado exactamente. El recuerdo era sólo un recuerdo. Y un sentimiento contradictorio, lo empujaba y lo alejaba del deseo y la muerte, de la luz y la oscuridad, del placer y el mas terrible de los horrores.

martes, 13 de julio de 2010

Bad Romance

-No sé. Es algo difícil de explicar. Algo raro. Un "algo" que no tiene sentido. Y hace que me pierda.

-No puedo entender(te).

-Ni yo me comprendo a mí mismo.

-¿Entonces? ¿Qué?

-Nada. Esque si no te escucho, si pienso que no te escucho por ser gilipollas, por creer lo que no es, creo que sólo me queda lamentarme, y pensar que ojalá no hubiese sido tan idiota.

-...

sábado, 10 de julio de 2010

De casualidad

El tiempo pasa, y cuándo nos damos cuenta, olvidamos lo que necesitábamos entonces, y lo que necesitamos ahora. Y todo se mezcla, incompresiblemente, en nosotros. Cambiantes, erróneos, imperfectos. Hijos de la Humanidad. Simples motas del proceso evolutivo, de la inmensa línea, del tiempo 0 y de la vida paleolítica.
Yo, que estuve a punto de...
Yo, que me quise perder en sueños plásticos
Yo, que quise aprender a volar
Yo, que soñé con ver el mar con los ojos cerrados
Yo, que me cansé de intentar comprender
Yo, soy débil.
Y a la mínima, mis cimientos explotarán y no aguantarán más peso. Pero, eso sí, también soy fuerte.
Siempre te das cuenta cuando lo pasas, ¿verdad?

Quiero dejar de ser una simple mota, para que las motas hagan de mi un nombre, un hombre.

Yo. Eu. Ego. I. Je. Io. Ich.

Sobrevivo de casualidad.

martes, 18 de mayo de 2010

Claro! Mira que son parvo!

A resposta estaba diante de min. Nos mesmos fociños. Como a ovella que se ve reflexada nos ollos do lobo e imaxina a súa sangue quente percorrendo os caninos dentudos do can fero.
E que non podía ser máis obvia. A resposta era simple, era sinxela, máis que nada.
As cousas simples. Claro... Iso era... Non tiña que coñecer nada, non tiña que ir máis aló, a vida non era viaxar sen máis, rumbo Norte, sen coñecer nin sequera o uso da brúxula. Non, a vida era decatarse de que se vive, e recoller das cousas simples a felicidade que está nas pequenas partículas, acurrucada entres os electróns e o núcleo do átomo infinitesimal.
E percibes, cando te das conta, o pouco que costa sorrir. E que é certo, iso sobre todo, non son contos, non son tolerías dun cordo que perdeu a cordura... NON! É CERTO!
Mira, mira, fíxate ti senon... Un paxaro pia forte sobre unha fonte, a luz do sol levántate da cama con algo máis de enerxía do habitual (algo máis?), o sonriso de aquel de aló, os reencontros, a saída do tunel pasaxeiro (claro coño, claro, que era pasaxeiro), as mans xuntas de dous amigos, sentir as engurras do tempo nun aloumiño intenso, ver nos ollos de alguén que non pode vivir sen ti...
Sorrís. E daste conta de algo que che ten que servir, pra sempre, porque se non fose así, serías certamente imbécil.
Tes a felicidade ó alcance da mao. E a terás sempre. A vida non é a sua busca, é o descubrir. O aprender a ter o xusto para facer espertar dunha folla murcha todo o que da de sí.
E, sorrir, sen máis. Contento, feliz, co vento sempre o teu favor, maxinando no serán a beleza do seguinte espertar.

viernes, 7 de mayo de 2010

Por querer saber de máis...

Son tempos difíciles. Levo escoitando esa frase, esa PUTA frase case dende que nacín. Son tempos difíciles, qué coño. Eu, ignorantemente feliz, trataba, desgraciado de min, de tentar comprender tales significados, das caras de preocupación que poñía a xente cando se daban o luxo de ser analistas sociais por uns minutos, eu quería vencellar esa frase a algún feito que poidese dar conta do verdadeiro significado. Eu, parvo sempre, tiña unhas ganas terribles de sentir que podía con máis do que realmente podía, iso da "madurez" e toda esa merda que cando tes que demostrar que o tes, non o fas, por capricho, por que non a tes de verdade, ou por que simplemente queres demostrarlle ó mundo o bo que eres agochando o que sintes. Eu, imbécil, subnormal, gilipollas, e unhas cantas cousas máis, eu, que sempre quixen sabelo todo, quería saber que carallo podía significar aquilo.
A resposta non estaba na plastilina, iso seguro. Ela non falaba.
Pasaron os anos, e eu, fun pouco a pouco dándolle senso a esa merda de frase, fun entendendo pouco a pouco todo o que significaba, o que conlevaba, e eu, mágoa non sabelo antes, descubrín que "son tempos difíciles" dificulta seriamente ós bos tempos.
E canto máis o entendo, canto máis sei de que vai, máis disconforme se me antolla a realidade vectorial V3 e menos linearmente depende o ser feliz do vivir.
Mágoa que de ser feliz todavía non teña un significado completo.
Mágoa que eu, coas ansias de saber, decidise coñecer o peor que se pode chegar a coñecer.
Dor e o que sinto cando descubro, co paso do tempo, o erróneo e perigoso que é querer coñecer de máis.
E eu aínda non aprendín a ser dolorosamente feliz, por que non sei ser feliz.

martes, 6 de abril de 2010

Peces de ciudad.


Paseo. Casa. Trabajo. ¿Te olvidaste del pan? Mensaje. Llamada perdida. Un pájaro. ¡Cómo está hoy la carretera! Coge la bufanda. Fuera hace frío. ¿Cómo te sientes? Como un pez de ciudad.

Se llamaba Eleane Delon la viajera que quiso enseñarme a besar en la Gare d'Austerlitz, primavera de un amor amarillo y fugaz como el sol del veranillo de San Martín. Hay quién dice que fui yo el primero en olvidar cuando en un si bemol de Jacques Brel me perdí "dans le port d'Amsterdam".

Desafiando el oleaje sin timón ni timonel, por mis sueños va, ligero de equipaje, como un cascarón de nuez, mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero, de un velero al abordaje, de un no te quiero querer.


-¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?
-¿Al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio?


Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal de los acuarios de los peces de ciudad, que perdieron las agallas en un banco de morralla, que nadan por no llorar.


jueves, 18 de marzo de 2010

Rima V

De mi voz,
tu música.
De mi oído,
tu escucha.
De mis ojos,
tu mirada.
De mis dedos,
tu sombra.
De mí,
tú toda.

En mi oído,
tu canto.
En mis manos,
tu tacto.
En mis dedos
tus deseos.
En mi cuerpo,
tu cuerpo.

De mi, tú.
De ti, tú.
De tu cuerpo y el mío,
tú.
¿Qué eres tú?
¿Qué soy yo?
Tú eres
lo que no soy yo.
Tú eres
mi creación.

Rima IV

Sin pieles,
sin mantos,
desnuda,
sin trapos.

Sin corsés,
ni medias,
ni mayas,
desnuda,
mujer,
desnuda.

Sin más abrigo
que tu piel,
sin más calzado
que tus piernas.
Desnuda,
mujer.

Para que no sienta
que hablo con otra,
para que crea
que eres tú la que se sonroja.
Desnuda.
Siempre desnuda.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Rima III

Pasas,
rozándome.
Y en tus aires,
de dulce fémina,
de escala mágica,
de nota suave,
de sedosa palabra,
llevas el alma,
esa que tanto me gusta,
esa de la que nadie
se adueña,
esa que es tuya,
y de ninguna otra.

Y la vuelves voz,
para decirme
"Recógeme".
Y yo,
vasallo fiel,
ardiente servidor,
te recogo,
te resguardo,
y caigo en tu tentación
de hacerte mía,
una noche más,
entre luces oscuras,
y el brillo de tus sombras.

Me llevas lejos;
los pies no pisan,
no sienten suelo.
Se van,
volando,
quién sabe cómo,
a ti.

Y el más esperado tesoro,
que guardas,
celosa,
casi con pánico,
me lo muestras,
para quitármelo,
y dejarme
sin aliento,
otra vez,
en pleno mes de marzo.

Me dices: "Déjame"
"Otro me llama"
Pienso,
que ese otro,
afortunado,
mortal,
caerá,
en ti,
cuerpo perfecto,
materia gris,
invisible en esencia.

Y sé,
que aún maldiciéndote,
ayer, hoy, mañana,
te querré encontrar siempre.
En mis noches,
callada,
susurrante,
cortante,
reconocible contorno,
voluptuoso,
placer para mis yemas.

Descanso para mi alma torturada.

lunes, 8 de marzo de 2010

Poesía. Rima II

Caderas, cuerpo y beso;
todo uno,
yo, en tu regazo,
lo espero, lo anhelo,
lo deseo.
¡Dame ese beso!

Esfera blanca,
ojo y mirada;
toda una,
contraste negro,
el de tu pupila mágica.
Cierras tus ventanas
¿y tu mirada?
¡No me la das!
¡La guardas!

Labios rojos,
cálidos, tuyos.
Bocado ardiente de pecado.
¿Dónde está ese beso
que tanto niegas?
¿Será que no me lo das?
¿Será que para otro lo dejas?
Tú no respondes.
Tú nunca dices nada.

Poesía. Rima I

Vas y vienes,
y en el camino,
te me pierdes.

Distraída,
me distraes,
Obnubilada,
me obnubilas.

Y tú,
ay si tú,
por un casual,
te giras,
decidida,
me decido,
y te digo:
"Quédate conmigo"
Quédate,
poesía roja,
pasión por labios,
vértigo en mis manos.

sábado, 20 de febrero de 2010

La marea

El rugido del mar suena, allá a lo lejos, tentador, y te dice entre susurros atronadores: "Ven"
Los granos de arena se pegan a tus pies, fríos, ambos, sensación extraña. ¿Principio de placer?
El agua moja tu pie, lo limpia, lo enfría. ¿Más?
La marea, la eterna fuerza incansable, el ir y el venir. Los recuerdos, te los deja ahí, tirados, sin dueño, olvidados, enterrados entre la arena.
Un poema tachado, unos borrones de más, una pluma seca, un bote de tinta en blanco.
La marea, el compás, el tiempo, el agua con sabor a sal, sigue intacta, o casi.
Inspiras el olor a mar.
La marea, aquélla vieja conocida. La marea, esa que tantas veces te bañó. La marea, ella, sigue viva, y vivirá después de tu muerte.
La marea, joven siempre, la marea.
Siempre ahí.
La marea, húmeda, helada.
La marea.
Y tú.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Amarillo

¿Cómo decirle que la quería?
¿Acaso le importaba lo que Miguel pensase?

Ella seguía allí. Impertérrita. Una explicación más. Una mañana más. Sus rasgos volvían a hacer que la clase pareciera flotar, y la voz de la profesora fuese más mística y etérea que nunca, y sus conceptos... ¿ A quién le importaban esos conceptos, completos sinsentidos?

No, no. Céntrate. Estas en clase. Miguel ya empieza a sospechar, y si das indicios, normal que lo haga, es tu amigo de toda la vida, joder, que no es tonto, que te conoce.

Hoy su pelo parece de oro. Me cago en la puta, ¡qué ñoño me estoy volviendo! Pero es que, no sé...
Su cara lo dice todo, es un enigma, un crucigrama por completar, una página de prensa sin noticias, una redacción impresa sin caracteres, el todo sin el nada, nada. Páginas de prensa amarillas, quemadas, usadas por los rayos del sol. Doradas.
Como su pelo.

jueves, 28 de enero de 2010

Rojo

Los segundos de los minutos de las horas de los días de las semanas de los meses de los años de las vidas de la gente se pueden resumir así. (.)


Levantas la mirada y la ves. Corazón, taconeando, cuál Rivas prendado preguntando qué le quieres, Amor. Y camina. Y es ella. Sí. La reconocerías a tres metros, a cuatro, incluso si tuvieras mejor graduadas las gafas, a seis, a siete u ocho. ¿Cómo no la vas a reconocer?
Pufff... Mírala hoy. Me sorprende siempre. Y otra vez su sonrisa. Sí. Es ella, la reconocería entre miles de personas.
Y sus manos. Sus manos. Míralas.

-¿Será que te gusta todo de ella, tío?
-No, qué dices. A mi no me va eso.

Descruza los dedos y escribe en el papel : "HISTORIA DEL ARTE", y seguidamente, "3ª evaluación"

lunes, 25 de enero de 2010

Oda ás preposicións

¿Que é prepór?
¿Chámaste, verbo?
Agarda, píntote.
Agarda, xa te atopei.
Pousa, retrátote.
Prepór, novo son.

¿Como propór sen prepór?
¿Como falar sen articular?
¿Como misturar o ben e o mal?
Propón a preposición.

Se cabe, déixao atrás.
Se non, diante.
Olvida os perantes,
durante a túa parrafada.
Non esquezas,
en troques,
os aes, os baixos,
as contras,
traizoeiras.
Non propoñas
sen prepór,
antepón
unha preposición.

Sensual,
sube,
pola túa gorxa.
Agarimos do padal,
lingua entre os dentes.
Non propoñas
sen prepór.

Beizos
abertos,
repletos de palabras,
que calan,
que non din,
que axudan a dicir.
Propoño prepór,
propoño
preposicións.

Caladas,
susurrantes,
vacías de senso e forma.
Limitadas,
enteiras,
máis unha cousa
delas é certa.

Prepór sen preposicións
non é prepór.
Prepón con preposicións,
que a outra cousa
non chama
o prepór.

viernes, 15 de enero de 2010

Lo malo de estar despierto a las 0:40

-Oye, sabes de sobra que estoy aquí.
-Lo sé.
-Lo sabes, y sin embargo, no hablas. ¿Qué pasa?
-¿Que qué pasa? Es evidente lo que pasa. Y lo llevo bien, lo sabes. Pero...
-Pero. No te preocupes. Te comprendo.

Se decidió a dar carpetazo a todo aquello. A olvidar, a centrarse en lo que de verdad le importaba. A no escuchar la música de las calles de Barcelona, que tanto le gustaban en invierno.
Decidió olvidarse para no torturarse, y pensar que ya quedaba menos.

sábado, 9 de enero de 2010

Año Nuevo


2009

Pisaba con pies cansados, agotados, exhaustos, cada uno de los adoquines, cada una de las baldosas, y de las piezas de mármol que lo separaban del Año Viejo. Más, si cabe, que aquellas doce uvas apuradas, cuál Conejo Blanco en el mundo de las maravillas, que los pasos de baile entre neones dispuestos a cegar a cualquiera, ansiosos del disfrute, perdidos en la gloria del relax, de la diversión, del descontrol en pequeñas dosis.
Mientras pisaba, pensaba. Pensaba qué raro se hacía todo aquéllo, un año más, una fiesta menos. Por alguna extraña razón, se había olvidado del confeti. Lo más extraño, era que el confeti también se hubiera olvidado de él, y no le hiciera una de aquellas llamadas tan carentes de gracia, con sus colores vivos, que dañaban la vista cuando no conseguían provocar una carcajada más.
Seguía dándole vueltas a todo aquéllo. ¿Acaso uno de esos decretos estúpidos había prohibido el confeti? Sin duda, la estupidez vendría por la parte en la que al menos el confeti, era capaz de provocar una carcajada en aquella sociedad ensimismada y absolutamente centrada en autodestruírse.
No. La respuesta era mucho más obvia. Lo plantearía desde otro punto de vista, dándole un nuevo ángulo.
Confeti. Círculos de celulosa, teñidos de colores, y también de claroscuros. Teñidos, a veces, de aburrimiento, de horas de sofá, de ojos rojos, de humo que lo envuelve todo, de vino, de sangre, de sábados, de lunes inacabables, de cafés fríos y sin ganas, de tardes rotas, de sueños contados, de la más absoluta de las certezas, de abismos y puentes caídos, de ciudades apagadas, de prisas y frenos, de odios y muertes.
El confeti siempre había estado ahí. Siempre.
Confeti.
Pequeñas elucubraciones de algún chalado.
Confeti.
La bienvenida del año nuevo. Un Año Nuevo que le hacía pensar en las fiestas.
Qué había sido de los muertos, que será de los vivos.
Qué rumbos tomarán los barcos que están por construír, y que rumbo tomaron aquellos que naufragaron.
Aquel año prometía ser distinto, algo no muy difícil de cumplir.
Aquel año prometía ser lo que nunca hubiese querido ser.
Aquel año su vida cambiaría para siempre.
Su camino tomaría un desvio tras un alto dulce y soleado.
Aquel año...
Aquel año sería uno de los que recordaría el resto de su vida.
Las lágrimas que rodarían por su cara meses mas tarde dejarían lejos la vida de adolescente despreocupado.
Y el sol del verano sería el principio de su Año.
Todo iría bien. Y nadie se lo cree.

Mientras dejaba constancia de que había regresado sano y salvo, se quitó el traje, la corbata y la camisa, y sin más miramientos se metió en cama.
Sus pies al fin descansaban.
Y el confeti resultaba verdaderamente absurdo ante la negrura de su sueño apartado del mundo.