El cielo era azul,
el sol, amarillo.
Las gaviotas,
incomprensibles,
ágiles,
virtuosas del aire,
volaban,
lejos de mi.
Y yo era feliz.
El cielo,
ahora negro,
el sol,
un agujero.
El aire sopla,
huracanado,
rompiendo las alas,
virtuosas,
impidiendo,
que el músico,
haga su trabajo.
Y yo,
yo ya no soy feliz.
Espero,
por esperar,
que el cielo,
vuelva ser cielo,
que el sol,
vuelva a ser sol,
que lo virtuoso,
se quede en reposo,
en mí.
Y así,
volveré a ser feliz.
1 comentario:
Adrii me encanta tu poesia
es tuya no?
me gusta, me gusta!
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