miércoles, 18 de agosto de 2010

Me conformo con...

Puede que el no saber que me ocurre sea una de las más perfectas máscaras para esconder un "no quiero que me ocurra lo que me está ocurriendo". Un día, otro, una semana, música, las fotografías, el tiempo, las fiestas, y el mundo. Puede que no quiera entender qué coño pasa por mi cabeza, qué siento, qué pienso, o qué es lo mejor. Pero esque lo "mejor" no es todo lo mejor que podría haber sido. Pierde parte del significado cuando de mí se trata. Soy tan distinto.
Nada, puede que no sea nada; o puede que sea un todo que también guste de llevar fancy dress.
Puede que el darle más vueltas no sirva de nada, que todo siga igual, que nada cambie.
Puede que esté lo más seguro posible, y que lo más seguro posible sea igual a 0.
En este mundo de locos atados, de locos de atar, y de locos por atar, sólo unos cuántos teorizan acerca del tema más difícil del universo.
No es la creación del espacio (no al menos, para mí), el punto primigenio, o la antimateria.
Son los sentimientos: corrientes de agua cristalina, llenos de energía, que nos envuelven y nos enseñan.
Yo, ignorante siempre, nunca estaré a la altura de algunos de esos teóricos.
Me conformo con saber, muchas veces, qué es lo que yo siento.
O lo que creo que siento.


Y siento que te echo de menos.
Pero, ¿cómo?