lunes, 11 de abril de 2011

Desamor

Y entonces el aire se corta, las palabras caen por efectos de la gravedad. El mundo vuelve a estar en su sitio, arriba es arriba, y abajo es abajo. Tus pies, vuelven a pisar, de golpe, el frío suelo, mojado en el mes de marzo, encharcado en el mes de abril. El corazón deja de latir desenfrenadamente y adopta el reposo para volver a ser uno. Las canciones no te sacan sonrisas, sino lágrimas. Las voces se pierden en los oídos para dejar el significado que queramos darle, casi siempre pesimista. Las parejas que pasean por la calle no son más que indefinidas burlas del Destino. Los besos que antes te parecían de ensueño, no son más que fríos roces, cuchillas preparadas para cortarte en pedacitos. Las mañanas no son llevaderas, sino que se hacen más inacabables que nunca. Las 12 ya no quieren ser las 11, sino que anhelan ser más y más, para no tener que enfrentarte al NO que sigue diciendo algo así como "No quiero verte sufrir". No sabes si son más macabras esas palabras, o las malditas parejas que se miran con cara de embobados. Con la misma cara de embobado que mirabas tú al mundo. La gente prefiere que todo vuelva a ser como antes, pero entonces, todo tu amor, todo tu cariño, se rebela en tu interior y dice que eso no es lo que quieres tú. Que no quieres olvidarte de todo, o hacer como que "no ha pasado nada". Porque si ha pasado. Otra vez se abre el alma a quien no sabe cerrarla sin hacer daño. Otra vez el maldito amor juega su arma letal, la segunda cara del doble filo, para hundirte y hacerte ver desvalido. Solo en el mundo. Otra vez te toca ser fuerte y aguantar los ánimos vacíos de cuerpo y forma que te regalan los que te aprecian. Y lo peor, es saber que va a tener que pasar, y que tú, por ser tú, romántico, idiota, volverás a verla como siempre. La volverás a idealizar en poco tiempo, y verás en sus ojos negros, sombras de luz que atraen al viajero perdido. Y volverás a oir de sus labios palabras emponzoñadas con el más lento de los venenos. Y volverás a sentir que quieres que el mundo se pare, no para bajarte, sino para estar con ella toda la eternidad. Y volverás a sentir que vives por y para ella.
Y volverás a enamorarte, y a sufrir. Pues un verbo siempre lleva de la mano el otro.
Y aunque ya lo sabes, de sobra, te repites esa frase que a ti te resulta tan estúpida, pero que parece estar a la orden del día: "A las chicas ya no les gustan los chicos que hablan de amor"
Ahora, deduces tú, lo que se lleva, es el desamor.
Es curioso, pues en esos momentos, es cuando más sientes lo lejos que se quedó tu Historia, perdida en algunas páginas de versos delicados y sonetos precisos.
Es en esos momentos en los que sientes que a tu vida le falta algo. Alguien.
Alguien que aprecie de verdad el amor.

sábado, 9 de abril de 2011

Rima XXVI

Hai tempo que non coñecía
Muller de fermosura furtiva.
Morena, de escuros ollos,
De alma clara: luz dos meus soños.

Fora parar ó meu sino
Entre erros, papeis e agravios.
Sempre andarei a preguntar,
No íntimo dos meus presaxios
Que mares, ríos, ou fontes,
Eran fonte dos seus brazos,
Infinitos e fortes regatos.

Con loucura eu devecía,
Na miña existencia,
No solo dos días,
Entre catro paredes,
Pola súa boquiña.

Non pensara nunca,
No preto que dela estivera.
Eran cousas do azar, ás de poesía,
Encontros fortuítos.
Un día despois doutro día.

Eran túneles seus ollos,
Que falaban de poesía,
Do lago máis famoso,
Preto da terra Galicia.

Era ben guapa,
E xeitosa.
Dona da miña poesía.
Nunca saberei que foi dela.
Ai! A miña sanabresiña!

Hai tempo que non coñecía
Quen me dese tanta ledicia.
Coa su mirada cóxegas me facía
Ai! A miña sanabresiña!

Hai tempo que non percibía
Beleza e á vez sabiduría.
Non sei que será cando me vaia
Ai! A miña sanabresiña!

Dise agora que de amor non se morre,
Máis non é certo, firma a mesma poesía.
Non queda moita máis vida,
Máis eu partirei feliz
Esperando deixar nos seus beizos,
Sorrisos e alegrías.
A última por quen tolo volvín.
A miña sanabresiña.

viernes, 8 de abril de 2011

¿Que será, será?

Cuándo crees que ya te ha pasado varias veces, que no volverá, vuelve. Cuándo crees que ya lo has vivido, que ya te ha afectado y que cualquier cosa que te haga sentir lo mismo, es inexistente, se abren las puertas de la vida, y como siempre, ésta te sorprende.
Y esque la ves perdida en tu mundo, mañana tras mañana, y una sonrisa estúpida se dibuja en tu rostro y te anuncia "Sol" aunque el techo de tu vida estuviese cubierto por nubarrones.
En el pasillo la gente ya no habla, solo emite sonidos, y nada importa, pues verla salir de la puerta contigua a la tuya te hace sentir que tu nódulo sinusoidal está ahí de casualidad, que ya no hace falta marcapasos en tu corazón, porque late a su ritmo y su compás, con sus palabras y sus sonrisas.
Poco a poco, la gente se difumina. Todo se llena de niebla y ella se mueve, hacia ti, y tú sin hablar, le pides clemencia, porque el aire te atenaza, te falta, también, y tus pulmones se paralizan por el miedo a hacer algo incorrecto.
Y esque toda ella es un milagro, un regalo que por cosas del destino ha ido a parar a las palmas de tu mano, para posarse en tu vida, sin temer el peso que ejerce sobre tus más íntimas ramas.
Vuela libre, y de cuándo en cuándo, mariposa traicionera, se posa en tu cara y te invita a entrar en la burbuja que te defiende del mundo para prepararte para la futura ostia.
Es increíble, y es mágico.
Supongo que también tendrá algo de orgánico, pero pese a ser un científico en pañales, no me lo creo. Me gusta pensar que todavía existe la magia.
La magia que hace que el simple hecho de sacarle una sonrisa te envuelva en una espiral adictiva en la que cada palabra, y cada hecho, importan, con el único fin de hacerla feliz.

Imprevisto.

-Gracias, ya me lo has aclarado todo.
-¿Qué piensas hacer?
-Mujer, creo que está claro. No decir nada. Ella no piensa en otra cosa, y yo no soy su tipo.
-¿Cómo? ¿Que alguien como tú se va a quedar achantado, sin hacer nada?
-¿Qué puedo hacer? Nada, lo mires por donde lo mires. ¿Qué le digo? ¿"No soporto que sufras, y yo nunca podré hacerte sufrir, porque solo me haría más daño"?
-Por ejemplo. Mira, creo que eres un chico maravilloso, y que es hora de que se de cuenta de lo que le conviene tener al lado.
-No sé...
-¡Hazme caso! No te digo que hagas algo ya, pero tampoco te quedes sin hacer nada. No pierdes, en el peor de los casos, solo ganas.
-Sí... Hablaré con ella, entonces. Le diré lo bien que me hace sentir, le desnudaré mi alma con mis versos, y le haré sentir que de verdad no es importante que la haga sentir mal, al contrario. Quiero pensar que funcionará.
-Ya sabes que no te puedo asegurar nada, pero no gana quién no juega.
-Sí, es verdad. Gracias por todo, amiga.