sábado, 26 de diciembre de 2009

Qué feliz era cuando tenía 6 años y que poco costaba hacerme feliz.

Sí, supongo que también os pasa a vosotros.
Muchos vemos en este tiempo un respiro, un descanso, una toma de aire, tiempo, un tic-tac sin prisas, una pausa entre dos tiempos. Y es que cada vez valoramos más las cosas pequeñas, los descansos, los abrazos, los "te quiero" envueltos con sinceridad, los saludos adornados con sonrisas... Supongo que es por ese proceso antes temido de "hacerse mayor", esa fase que todos alejamos de nuestra mente infantil diciendo que aún queda mucho para eso, que siempre hay tiempo para jugar un rato más.
Espero que esto no lo lean niños menores de 12 ó 13 años, podría romper drásticamente sus expectativas.
Ahora lo sabemos, ¿verdad? Es proceso no hace ruído, no llama, ni pide permiso para entrar. Se cuela cuando respiramos una mañana fría, con dolor de cabeza, y ganas de que se pare el mundo.
Y el mundo, no se para.
Después de colarse va haciendo mella en nosotros, tarde o temprano, y palpita con más fuerza en estas fechas, en muchos corazones, pero sólo los que nos comemos la olla somos capaces de entenderlo.
Nos da asco la Navidad, ya no tengo 6 años, ya no cuesta poco hacerme feliz.
Si antes quería unos lápices de colores, ahora quiero la paz , si antes pedía una consola, ahora quiero que se acabe el hambre en el mundo, si antes deseaba un libro concreto, ahora quiero que todos sepamos leer...
Y claro, Papá Noel no quiere hacerse responsable de manejar unos regalos tan pesados, y los Reyes Magos de Oriente están ya hartos de hacer felices a niños de 6 años.

Feliz Navidad a todos

sábado, 12 de diciembre de 2009

De todo o que morrerá

De todo o que morrerá

Lume vermello
na noite escura
do pensamento inacabable.
Branco espello
das meniñas dos ollos
alumados.
Vida breve
que fai estremecer,
árbores xa mortas,
parques caídos,
bandeiras insurrectas,
cóbados agolpados,
firmes cunchas,
chascarraschás,
luscofuscos
e soidades varias.
Lume morto,
de ollos azuis,
de mares labrados
en suor e prantos.
E daquela,
cando o lume morra,
morrerá, corazón,
todo aquilo,
latexo máis, latexo menos,
que prendeu
da miña man,
dos meus dedos,
da miña tenrura,
do meu parecer,
do meu espertar,
do meu estremecer,
do meu falar,
do meu calar,
do meu dicir,
do meu sentir,
de ti, corazón,
de ti.
E pensarán
os que pensan
en todo aquilo
que deixou de existir.
E será o amor
a linguaxe dos mortos.
E será o amor
o sentimento
que entre bágoas
costará renacer.
Por non querer
vivir con el,
ás costas,
cunha pesada carga,
incómoda,
no século da información,
onde o trascendental
queda oculto entre fíos e redes.
E será o meu parecer,
parecido,
desgraciadamente,
por moitas mentes,
desas que non pensan,
das que sinten,
co corazón,
corazón.


Adrián Abeal Adham, 12/12/09, 23:27 h.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Que tus rizos sean el rayo del sol

No lo permitas. Déjalo ya. Es inútil, y un IMBÉCIL. ¿Por qué te molestas en derrochar tu vida, tu belleza, tu gracia, tus sentidos, tu voz, tu carisma, tus ojos, tu pelo, tus manos, toda tú, en pensar que algo podría ser posible? Es que ni siquiera merece la pena pensar que algo podría ser posible. Por que no te merece.
Te quiero muy mucho, niña madura.
:)

jueves, 3 de diciembre de 2009

Ella

El día no se prestaba para salir a comprar aquellas malditas latas de aceitunas. El día, realmente, no se prestaba para nada.
Se puso la bata sobre el pijama y se fue a tragar algo de telebasura antes de ponerse a trabajar.
El halógeno de la cocina hacía menos natural todo aquello, con su luz atípica, fuerte.
Después de coger el ordenador comenzó con el balance: hojas y hojas de cálculo, anotaciones, frases sin sentido, fórmulas ininteligibles.
El humo del cigarrillo había acabado de amarillear la hoja del calendario que adornaba sobriamente los azulejos. Y aunque no lo sabía, su alma había empezado a ser hace mucho tiempo amarilla y ceniza.
Ya nada le alegraba. Menos en aquellas fechas, que estaban muy bien cuando tenías 9 ó 10 años, pero que ahora eran verdaderamente patéticas, y excesivamente consumistas.
Cerró el portátil y le dio una última calada a su cigarrillo.
Sin querer, había empezado a apagar su vida, dejando entre ceniza y porcelana negra la apagada colilla de aquel cigarrillo, que le daba el aire para seguir tirando un poco más.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Pies fríos. Magia. Tarea fracasada. Alusiones. Otra estrella.

Sé que cuando se enfrían mis pies, como ahora, me pongo a pensar sin pensar. Quiero decir que pienso en todo lo que no debería pensar. Y recuerdo tardes para recordar. Y recuerdo que ya es demasiado tarde para recordar.
Y recuerdo el presente. Sí, recuerdo el presente. Es pronto para todo, y tarde para cambiar. Como las tardes para recordar.
Y no sé si es bueno. Malo no creo que sea, pues sigo vivo. Aunque no sé si algo que pudiese hacerme evadir de este mundo fuese del todo "malo". Será cuestión de puntos de vista.
Por si acaso intenta matarme, prefiero evadirme pensando en esas tardes.
Y una de esas tardes, casi mágica, y cuanto más mágica, más apartada en mi mente actual, hace que se enfríen mis pies más de la cuenta; cuando me pongo a pensar sin pensar en esa sonrisa, que casi consigue hacerme evadir.

Me duele verte así, día tras día. No me gusta. Me hace sentir inútil. Porque prometí conseguir hacerte sonreír todos los días. Y es una tarea en la que estoy fracasando continuamente.
A ti, que lees sin dejar huella. Supongo que te darás por aludida.
¿Sabes qué? Hay otra estrella más. :)

martes, 24 de noviembre de 2009

Doce horas para "vivir"

Hay momentos en los que sientes que no das más. Que aunque quieres, no puedes. Momentos en los que te encuentras al límite. Con más emociones de las que querrías contener, agolpadas, haciendo presión. Con menos ganas de las que querrías tener, vagando, a tu alrededor, se esconden, como preciosos tesoros de capitanes imaginarios a bordo de veleros construídos de ensoñaciones. Cuando esos momentos son puntuales, cuando después siempre sale el Sol, simplemente pasa, y crees que lo has vivido todo. Y crees que eres maduro, que la vida es dura, y que pese a que lo que digan papá, mamá o cualquier otro adulto soso y aburrido, crees que ya has vivido mucho. Esos momentos se pueden contar con los dedos de las manos. Y todo va bien.
Pero llega un momento en el que no encuentras motivos para sonreír, momentos en los que el Sol se queda jugando al escondite con las nubes, momentos en los que no sabes si reír por no llorar o llorar para ver si después te quedará algo para reír, momentos en los que la oscuridad se siente, momentos en los que nada te consuela, ni siquiera escribir y desahogarte. Momentos en los que sientes que formas parte de una cadena demasiado larga, que eres demasiado uniforme, que eres uno más. Momentos en los que la ciudad te puede oprimir, y el campo cansar. Momentos en los que no encuentras puntos intermedios, momentos en los que el negro y el blanco dejan una capa gris bastante latente, aunque no sirva para guardarse del frío del invierno. Y ya estoy harto. Harto de que esos momentos se hayan convertido en una línea interrumpida. Harto de instituto casa clase casa. Harto de no encontrar tiempo casi ni para dormir. Por que no trabajamos todo el día, pero necesitamos comer también, necesitamos cagar, joder. Necesitamos más tiempo. Es horrible ver como nadie o casi nadie es capaz de tener algo por lo que levantarse cada mañana o simplemente recordar como suena eso de disfrutar.
Hago un llamamiento al Mundo. Si hay alguien lo suficientemente poderoso para hacer algo, que se ponga en contacto. Ésta es mi propuesta:
¿Por que no hay días de 36 horas? Necesito doce horas más, ya no para alejarme de toda esa mierda, si no más bien para "vivir".

viernes, 20 de noviembre de 2009

Si no respiro es por no ahogarme.

-¿Qué dices? ¿Estás loco?
-Intenta no respirar.
-¿Qué sentido tiene? En serio, ¿qué te pasa?
-Intenta no respirar.
-Yo pondré el aire. El tuyo y el mío. Pero respira. Intenta respirar. Yo no dejaré de respirar.
-No te pido que lo hagas. Intenta no respirar.
-¿Qué?
-Al respirar, yo pondré tu aire y mi aire. Nuestro aire. Propongo ser quién ponga El Aire. Intenta no respirar.
-Sabes que te quiero, pero no sé si esto...
-Tranquila. Si no respiro, es por no ahogarme.
-¡¿Pero qué dices?!
-Intenta no respirar. Hazme caso.
-Esto no tiene ningún sentido.
-Al respirar el mundo se pondrá de nuestra parte, pero intenta no respirar.
-Ay...
-¡YA!

Y ambos se fundieron en un beso. Y al final...
-Quizá será mejor marcharse. Intenta no respirar.

Y allí quedó ella, confusa. Menos, sin duda, de lo confuso que quedaba él.

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Ríen las nubes?

-Fíjate. Mira como cae la lluvia, cariño.

-¿Por qué llueve, papi?

-¿Por qué llueve? Porque no sería justo que el cielo se quedase con todo el agua, ¿no?

-Aaah... Pues entonces los pájaritos que vimos hoy por la mañana se mojarán... ¡Papá, tenemos que cogerlos y traerlos para aquí, para que estén calentitos!

-Tranquila, su mamá los protegerá con sus alas y dormirán a gustito en su nido. Además la nube se está alejando, seguro que pronto deja de llover.

-Ah, claro. Pero papi, ¿por qué la nube siempre llora?¿ Por qué nunca hay nubes contentas?

-Por que nunca les enseñaron a reír. Tienen muy mala suerte.

-Mañana, cuando vayamos al parque, yo les enseñaré a reír, ¿vale?

-Vale. Me parece muy bien. Yo te ayudo.

-¿De verdad? ¿Podemos hacer que las nubes se rían?

-Claro. Buscaremos un charco, y esperaremos hasta ver nuestras caras con las nubes reflejadas. Y entonces, nos reiremos los dos, para que las nubes, desde el cielo, sepan cómo se ríe, y sólo lloren cuando las plantas les pidan el agua.

-¿Así aprenderán a reirse?¿Seguro?

-Verás como sí. Buenas noches, cariño.

-Eh... papá, espera, ¿cómo sabremos si mamá está en esa nube?

-Por que nos está escuchando. Siempre nos escucha. Y mañana, justo cuando estemos nosotros en el parque, ella vendrá a vernos, para recordar como se sonríe. Y ahora, a dormir ya. Es tarde.

-Vale papá. Hasta mañana.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Y septiembre terminó.

Era una niña asustadiza. Pero valiente.
Su figura era menuda. Su fuerza enorme.
Sus ojos tiernos eran pozos de coraje.
Su pelo, muerto, revivía con una de sus sonrisas.
No era perfecta. No llamaba la atención.
Pero allí estaba ella.
Y con ella, yo. Prometiéndole protegerla siempre.


[Wake me up when September ends]

lunes, 2 de noviembre de 2009

La estantería.

Libros apilados cuyas hojas apenas vieron la luz. Un marco improvisado que protegía a una foto que marcaba el tiempo pasado dos veces. Magia. Unos cuantos botes, algún que otro pincel sin utilizar, posiblemente, esperando a rozar pronto alguna paleta llena de óleos.
Más libros. Más magia: esta vez una cajita que atesoraba pequeños recuerdos, ornamentada de una forma tosca. Una felicitación que hizo llorar. Botes de colonia. Más libros: las 7 llaves del misterio junto a los 3 libros que hicieron pensar en la otra magia. A la vista. Dando el cante. Un revoltijo de papeles, CD's, una grapadora sin grapas, cascos, música y un cajón entreabierto que precede a otros tres cerrados.
La estantería.
La vista de lejos es enigmática. Y esta llena de pequeños detalles. Detalles que podrían pervivir. O quizá no. Una estantería unica.
Sin embargo, pese a estar llena de cosas, la estantería estaba cubierta por una finísima capa de polvo, que dejaba entrever el desuso. Se trataba de algo extraño. Una movilidad estática. Una guerra de opuestos.
Pensé para mis adentros que nadie querría tener una estantería cómo aquélla, y me pregunte seriamente quién sería el que había creado todo aquello sin pensarlo.


"Me miras, sonríes y no sé si acercarme"

sábado, 31 de octubre de 2009

Galimatías, sin sentidos. Sábado noche y domingo por la mañana. Y lunes...

Galimatías.
No, no son Gal y Matías. Es una mierda. Un problema, un entuerto, una situación de difícil solución.
Cuando piensas en él te vuelves parte de la mierda del problema.
Paseas por la calle repleta de adoquines acomodados en tu cerebro. Y de repente un bache entre la niebla te hace perder el equilibrio.
Porque también son esos baches. Esos jodidos baches que se cruzan en tu camino la noche menos esperada, al margen de alcoholes y pajitas, de subidones y patazos. Mierda. Al margen de una noche de sábado, en resumidas cuentas.
Abrígate, coño. ¿Cómo sales así a la calle a estas horas? Esta juventud de hoy en día...
Vuelves la cabeza para ver solo el abrigo y la boina formando un curioso traje conjunto unido por la también oscura bufanda de un viejo que debe triplicar tu edad.
Otro más que se pasea con los Galimatías.
Bum. Y de repente, caes en uno de ellos.
Sin querer. Sin proponértelo.
Encima el puñetero bache hace que le duele el choque, y te responde gilipolleces que prefieres no contestar, no vaya a ser que el guardia que pasa por la acera haciendo no se qué te lleve a comisaría por destrozar la vía urbana si te quedas allí demasiado tiempo...
Te levantas. Y dices que no volverás a pisar esa calle.
Al día siguiente, es lo primero que haces cuando sales de casa.
Sin animo de ofenderme... ¡Hay que ser gilipollas!

martes, 27 de octubre de 2009

Despertar, dormir, contradecir... Todos son uno.

Y es cuando despiertas. Cuando sientes que el Sol te acaricia. Cuando crees en ti mismo, en tus posibilidades. Cuando crees que todo es posible.
Y es cuando, otra vez, caes. Cuando sientes que el viento te empuja. Cuando piensas que cualquiera lo haría mejor que tú. Cuando crees que lo posible es inexistente, un vocablo desaparecido, una lengua vernácula olvidada por aquellos de allá atrás.
Y es cuando te enfrentas a una contradicción. Por principios. O por lo que sea. Por que nos gusta contradecir.
¿Qué te gusta más? ¿Despertar, dormir o contradecir?

Pa' que vuelvas

Y te vas. Y me muero. Y te pierdes entre la gente. Y aunque sigo ahí, mi mano se ha ido contigo y tira de ti pa' que vuelvas.

jueves, 22 de octubre de 2009

¿Qué más te puede pasar?

Óvulo y espermatozoide.
Cigoto.
Mórula.
Blástula.
Células.
Tejidos.
Órganos.
.
Naces.
Sobrevives.
Hablas y caminas.
Te caes, te lastimas.
Mamá está ahí detrás.
Lloras y ella te rescata.
Te sientes protegido.
Llegas a un sitio donde ella no está para protegerte.
Y papá tampoco.
Es raro, pero te adaptas. Siempre te adaptas.
Conoces seres que, como tú, están allí sin papá y sin mamá.
Si al principio lloras para que, como siempre, mamá venga, luego no lo haces.
Si ellos aguantan, tu también.
Pasan los años y pronto el Sr. Pérez te hace constantes visitas.
Sigues cayendo, pero mamá ya no te hace tanto caso.
Te dicen: ¡Levántate!
Y asi, poco a poco, vas aprendiendo.
Eliges sin pensar.
Eliges amigos.
Eliges gente que te acompañará en tu vida un año o dos.
Eliges gente que estará ahí siempre.
Eliges qué hacer con el tiempo libre que te sobra, sin saber que nunca más te sobrará tiempo libre. Nunca.
Cambias los juguetes por libros, y las diez por las doce, o una.
Cambias de estilo, de música, de vida.
Te defines. Esto sí, aquello no, lo otro no me gusta, esto sí se me da bien.
Sigues eligiendo sin darte cuenta. La eterna alternativa.
Eliges un futuro.
E intentas lograrlo. Eso sí, sin saber si has acertado o no, sin saber si es la decisión correcta. Como siempre.
Y... ¿qué más te puede pasar?

miércoles, 21 de octubre de 2009

Ti scatterò una foto



"Ti scatterò una foto"
Perché le parole que non ho detto sono il mio piccolo sogno.
I miei piedi in mezzo dal profundo mare.


Y, de vez en cuando, pasarse la concordancia por el Arco del Triunfo.

Se fue.

El pasillo dejó de tener gracia. Ya no se reía. Los muebles de la cocina se oscurecían de forma inversa proporcional a la cera de la vela. El viento se colaba por las rendijas del apartamento de mala muerte. Ya no era un hogar. Al menos durante aquella noche.

martes, 20 de octubre de 2009

¿Te vas?

Tic-tac. Se apaga la vela. Las sombras nocturnas se llevan la alegría. Si te vas, ¡vete!Vete y acaba con esto de una vez. ¿No ves que tu esfuerzo es inútil? Sopla. Sopla para que el viento cambie de rumbo y te sientas de nuevo protegida. Grítale al puto tic-tac. Enfádate con la copa que nunca debiste llenar. Desilusiónate, princesa, los cuentos de hadas tambien se conocen por funerales de duendes. Las brujas no son tan malas, y si no, mírate al espejo. Son peores. Cállate ya. Me aburres. Eres soporífera. Coge tus cosas y vete.

-¿Te vas?

-Sí... Ya está decidido.

-Si quieres volver...

-No, tranquilo. No querré volver.