lunes, 8 de octubre de 2018

Rima LVI.

Capricho del compás medido,
aleteando siempre a ritmo,
corazones sin rumbo,
vagabundos en el mundo
de amores de un segundo,
de juicios sin valor,
de sexo de ocasión,
de obras de ficción
que acaban sin telón.

Capricho del tiempo exacto
que se ahoga en los atascos
y suspira en vuelo raso
un canto a la mudez,
detrás la sensatez,
encuentro al desconcierto,
desnudos y esperpento,
humanas manos móviles
que tocan la ovación.