sábado, 20 de febrero de 2010

La marea

El rugido del mar suena, allá a lo lejos, tentador, y te dice entre susurros atronadores: "Ven"
Los granos de arena se pegan a tus pies, fríos, ambos, sensación extraña. ¿Principio de placer?
El agua moja tu pie, lo limpia, lo enfría. ¿Más?
La marea, la eterna fuerza incansable, el ir y el venir. Los recuerdos, te los deja ahí, tirados, sin dueño, olvidados, enterrados entre la arena.
Un poema tachado, unos borrones de más, una pluma seca, un bote de tinta en blanco.
La marea, el compás, el tiempo, el agua con sabor a sal, sigue intacta, o casi.
Inspiras el olor a mar.
La marea, aquélla vieja conocida. La marea, esa que tantas veces te bañó. La marea, ella, sigue viva, y vivirá después de tu muerte.
La marea, joven siempre, la marea.
Siempre ahí.
La marea, húmeda, helada.
La marea.
Y tú.

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