sábado, 22 de noviembre de 2014

Éponine.

Y en el cansancio,
mi tango, 
de pisada exigua,
de corte fino,
de espalda recta
de hombro ancho,
se escapa, 
versando,
entre pasado, presente y futuro,
dejando
mis manos,
mis besos,
sin luz, 
sin blanco;
latiendo,
sudando.

Y en las calles, 
mojadas,
sucias, 
trazadas por la historia,
olvidados sus enigmas,
resbalan,
bajo mis pies,
los recuerdos
de un guión
exhausto
de latir por él
y por mí,
sin llegar nunca 
a alcanzar la trama correcta,
de un espectáculo,
su mejor fin.

Y desde el pecho,
fugaz,
se escapa la verdad,
que dibuja entre dos almas
sinceridad.
Nada que decir,
y nada más que hablar.
Que tu corazón siga latiendo,
intranquilo,
que el mío por ti
ya ha muerto en paz.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Sonrisas.

En una sonrisa puede dibujarse cualquier cosa. Aquello que el pintor, con su destreza, quiera dibujar.
En una sonrisa puede escaparse un siglo de nervios acumulados, un decenio de incertidumbres, un lustro de pesares. 
En una sonrisa puede verse el inicio de algo nuevo, el hormigueo que sentimos por dentro, o unos dedos recorriendo un cuerpo.
En una sonrisa puede encontrarse desafío, decisión, firmeza, seguridad; y también soberbia, astucia, plenitud.
En una sonrisa hay tonos amarillos, rojos, fucsias, azules y verdes; pero también, blancos, negros, grises, marrones, ocres. 
En una sonrisa se puede escuchar una canción, o ver la película de toda una vida.

Con una sonrisa, puedes decirlo todo, y decir nada. Con una sonrisa puedes ayudar a comprender, o construir barreras que escondan lo que eres, lo que temes.

Usa la sonrisa como quieras, que vale más que mil palabras.