martes, 24 de mayo de 2011

Rima XXVII. El dolor como alegría.

Ayer lloró,
y yo reí.
No sabría explicar
cuán feliz me sentí.

Lloraba de rabia,
ambición frustrada.
Reía yo por verla,
pequeña, asustada.

Y esque ella no sabe,
ni siquiera imagina
lo que lloré yo por ella,
por quererla como mía.

A imaginar no alcanza
cuánto tiempo lloré poesía,
cuántos versos le dediqué.
¡Muchos más de los que parecía!

Ni siquiera sabe
cuánto daño me hacía
Verla y no hablarle,
un día y otro día.

Y yo, sí, lo sé.
Mi corazón, también.
Y explotó de júbilo cuando supe,
que ya no siendo mía,
él tampoco la querría.

Y así endulcé mi noche,
con macabra ironía.
Y esque por primera vez en mi vida,
el dolor me produce alegría.