miércoles, 17 de octubre de 2012

El regreso de la Poesía.

Volví a sentir esa sensación extraña, más fuerte que nunca, que te sacude, te anestesia contra el dolor y hace que sonrías estúpidamente día a día. Esa maravillosa sensación que te eleva y te convierte en semidios, y que te hace creer que podrás con todo, contra todos, contra el mundo. Y otra vez los musicales con historias de amor imposible cobran sentidos, y descubres que aunque el amor no se puede comprar, sí se puede alquilar.
Usarlo, hacerlo tuyo por unas horas, y luego devolverlo en su caja protectora, como si estuviese nuevo.
Una vieja amiga llamaba a mi puerta: Poesía. Pero esta vez sonaba al mismo tiempo feliz y triste, segura y tímida, miedosa y atrevida. Sonaba a compañía y a soledad. Y a madurez.


Poesía,
que ahora vuelves,
como si nada.
Por mí han pasado ya,
horas, días, meses,
tardes largas.
Poesía,
ahora vuelves como si nada,
y te apoderas de mi alma.
Como si verdaderamente
esclavo tuyo fuera,
para darte forma,
quererte y amarte
cuándo tú digas,
sin importarte yo nada.

Poesía,
vuelves dura y fría,
suave y caliente, 
y poco a poco te vas colando,
en mi mente.
Poesía,
vuelves con tu balanza
de la que nadie se libra.
Llena de esperanzas,
de fobias y filias.

Pero Poesía,
de ti nada de mí se fía.
Volverás esta vez,
como viniste, vacía.

Ya no eres la sabia,
ya no eres la que sabe.
Ahora yo sé 
que nunca volverás a ser sorpresa.
Que nunca volverás
a jugar a tus juegos, deshonesta.

Poesía,
ahora yo decido
cuando estás a mi lado.
Cuándo eres mía,
y cuando desapareces de mi vida.

No hay comentarios: