Preguntas callando
al cielo mirando
¿son las estrellas fuegos
que arden, brillando?
Son estrellas para mí
tus encantos naturales.
Eres tú, Poesía,
poseedora de dones inmortales.
-¿Hablas de mis ojos, poeta?
-No son ojos, por Dios lo juro.
Son luceros, que por no ser oscuros,
son más claros que ninguno.
-¿Hablas pues, de mis labios?
-No son labios, de eso estoy seguro.
Son entradas a tu cuerpo,
sensuales y maduros.
Son pétalos caídos
de un rosal caduco.
-¿Hablas pues, de mis curvas?
-No son curvas ¡de eso no hay duda!
Son réplicas vivas, etéreas fijaciones
de mis más oscuras locuras.
Son mi deseo y mi pecado,
y si por ellas necesario fuera
matar cuál vil villano,
un cuchillo iría a parar, ensangrentado,
a la palma de mi mano.
Son, Poesía, veneno tus encantos.
Clavo punteado torturador de santos,
dagas que matan, lento y despacio,
al más joven de los poetas,
dueño de tus versos hechizados.
1 comentario:
Mui dinámico e sensual, me gusta quixera eu que me desen ese veleno amín afeito.
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