domingo, 21 de abril de 2013

El de siempre.


Y de repente, un día te planteas quién eres y quién has sido. Cómo has vivido, cómo ha sido todo, si realmente en algún momento de los últimos meses has sido tú. Con la música de siempre, te miras al espejo, y efectivamente, has sido "tú" tan pocas veces que te asustas, te da pánico tu reflejo, miedo mirarte a la cara, y eso que solo es un reflejo de lo que realmente eres.
Dudas de si es que tocaba cambiar, o es que el cambio lo has provocado. Dudas de si las circunstancias ajenas a tu persona (oh, esas amigas que siempre están presentes, siempre, jodiendo hasta la más simple premisa) han hecho que muchas veces lo que eres se haya visto transformado.
Y no te reconoces, en ninguna de las tres trillizas iniciales que forman tu nombre. Y tienes ganas de llorar, pero como sólo consiguen hacerte llorar las canciones, aguantas la lágrima, le echas un par, y tomas una decisión: toca volver a ser el de siempre.

Try. P!nk.

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