Quiero, por querer,
que la música no se acabe nunca,
que seas tú quién me escucha,
que mi voz te pertenezca,
mientras te beso suave,
en la nuca.
Mi voz,
que es mi mayor orgullo,
tuya,
porque eres el mejor arrullo.
Mi voz,
mía,
tuya,
en tu boca,
poesía.
Quiero, por querer,
que los límites tiendan a cero,
por una vez,
supuesto ejercicio teórico-matemático,
sin alterar órdenes, ni espacios,
ni vórtices, ni tempos,
ni sonidos, ni latidos.
Quiero, por querer,
que el cero tuyo y mío
sean el mismo.
Que tú en tus dimensiones,
y yo en mis frecuencias,
seamos uno.
Mis frecuencias,
cardíacas,
sonoras,
tuyas,
para que hagas con ellas,
lo que quieras.
Lo que quieras,
porque, por querer,
querría poder decir:
"No me importa"
Y sin embargo,
sé que sabes que sé
que lo que pienso es
"Cógelas".
Mi voz y mi frecuencia,
que por querer,
querría que fuesen solo
regalos tuyos,
en mi ausencia.
Quiero, por querer,
que me quieras,
pero sé,
por regla de tres,
el porcentaje cero
de que pueda suceder.